Vintagísimo

Creo que fue el modista Lorenzo Caprile quien, en la presentación de su último libro "De qué hablamos cuando hablamos de estilo" en la Fundación Cruzcampo de Sevilla, a preguntas de la conductora del acto, la periodista y bloguera Clara Guzmán, explicó que el  de"vintage" era un término que estaba casi siempre mal utilizado. Esa utilización errónea tenía que ver, a su juicio, con que se aplicaba a cualquier prenda de ropa "antigua", sin tener en cuenta que constituyera un artículo valioso.

Antiguo, viejo y vintage, son, pues, palabras absolutamente disonantes y discordantes. 

Para empezar, la RAE no reconoce el término. Esto no debería extrañarnos. La RAE, que se guía por el uso de las palabras nuevas, no las reconoce hasta que pasan dos mil años. Va siempre a la zaga y quizá no le falte razón. El uso tiene que contrastarse con el paso del tiempo. En eso los señores académicos, que de tiempo saben un rato, son prudentes. Ay, hablando de todo, a veces he pensado que será estar sentado en esas sillas con nombre de letras, mayúsculas y minúsculas, asistiendo a una discusión de esas: Señor M, estoy en desacuerdo con usted. Pues mire, señor J, a mí me pasa igual. Etcétera. Como las mujeres se cuentan con los dedos quizá haya una deferencia elegante y se les dé la razón en todo. Aunque me extrañaría. 

Volviendo a lo vintage, o al vintage. Se trata de una palabra inglesa cuyo significado es "vendimia" y en nuestro idioma designa los objetos antiguos de diseño artístico y buena calidad. Con lo cual, querida amiga, ten en cuenta de momento que toda la morralla que guardas en tu armario no tiene nada que ver con el vintage. Es otra cosa. Puedes donarla o regalarla que no te pierdes nada. 

Si continúas indagando en la etimología del término (ah, la etimología, esa ciencia tan extraordinaria y que nos hace pasar tan buenos ratos averiguando de donde vienen las palabras) parece provenir del francés antiguo, de "vendage", que viene del latín "vindemina". Parece que el nombrar a los mejores vinos añejos con esta definición se ha trasladado a otros productos y, sobre todo, a los relacionados con la moda y el diseño. Por lo tanto, podemos decir que "vintage" tiene un origen enológico. Pues qué bien. 

El vintage es una forma de favorecer el reciclaje de ropa de calidad, pero que debe tener al menos unas décadas para ser considerada como tal. Y, por supuesto, responder a diseños prácticamente exclusivos, originales y valiosos. Sin embargo, en la actualidad se está imponiendo una forma de actualizar tendencias pasadas, que se denomina "diseño vintage". Este otoño, por ejemplo, vamos a ver las nuevas versiones de moda ochentera, como los vestidos de flores y diseños geométricos, las cazadoras y chaquetas de flecos realizadas en ante, las botas con inspiración lejano Oeste, los chalecos, los jerseys oversize de estilo francés, tan mullidos y confortables, las camisas de estilo romántico...

Una ropa vintage de calidad o una recreación con gracia y arte resultan sumamente atractivas. Da la impresión de que el tiempo no ha pasado o que lo ha hecho con tino. También que el túnel de las modas da tantas vueltas que llega incluso a confundirnos. Puedes aprovechar vestidos de tu madre, incluso de tu abuela, si es que tienes la suerte de tenerlos guardados y poseer una talla aproximada. 

El vintage aparece asimismo en joyas, accesorios, bolsos, adornos en general. Por supuesto, también en la decoración del hogar. Pero ese es otro tema. Desde luego, conservar un objeto, sea el que sea, pasados los años, por herencia o porque lo adquiriste en una tienda especializada en ello, además de ser un tesoro te proporciona una sensación muy especial. Piensas y piensas, imaginas y recreas, la historia de la persona que lo usó, sus sentimientos, su vida entera. Es como traer del pasado la esencia de una vida que dejó huella, no cabe duda. 


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