Calentitas y estilosas



Si hay una prenda que te resulta de gran utilidad en los meses de invierno y que, además, te sienta súper bien, esa es la maxibufanda. En todas las formas y colores, cuadradas, lisas, de rayas, de cuadros, alargadas, de pico, con flecos o sin ellos, escocesas, en tonos tierra, pastel o llamativos, sean como sean, las maxibufandas son la prenda estrella del frío y te serán tan útiles que querrás tener más de una. 

Lo mejor que tienen es que te resguardan una de las partes más sensibles a los resfriados y enfriamientos que tenemos las personas, la garganta, el cuello. Otra ventaja es que se pueden colocar de mil maneras y, aunque repitas, parecerás que estrenas cada vez que te inventes una forma de usarla diferente. Por otra parte, tanto lucen con looks casuals como con ropa más arreglada. En contextos de trabajo, en un día de compras, tomando un café por la tarde, para ir al cine, incluso en una cita con cena incluida, tiene un papel polivalente, que le da gracia al atuendo, lo mismo da pantalones que faldas o vestidos. Por supuesto, puedes llevarlas encima de una cazadora de piel, de un abrigo de paño o de una chaqueta blazer de doble fila, por citar tres tendencias de este invierno. 


Hay una cuestión que quizá has de tener en cuenta a la hora de comprarla y de usarla. El bolso. Un bolso excesivamente grande parece encajar poco con una maxibufanda porque agrada todos los volúmenes y porque resulta llamativo en un atuendo ya de por sí aparatoso. Pero las bandoleras de tamaño mediano, incluso pequeño si puedes llevar ahí todos tus adminículos, o las carteras, tan de moda también, son buenos aliados de la maxibufanda, por lo que es una cuestión con fácil resolución si te fijas un poco. 

Hay otro elemento a considerar, como suele ocurrir con toda la ropa de abrigo. El tejido, la calidad. Es una prenda hecha para abrigar y no solo para adornar por lo que ha de ser de buena calidad. Si las compras demasiado baratas y no te fijas siquiera en la composición, puedes llevarte la desagradable sorpresa de quedarte helada literalmente cuando vayas con ella por la calle. Además de encontrarte dos mil personas que llevan el mismo modelo que tú. Merece la pena gastarse un poco más, no es demasiado, y tenerlas de buena calidad, de lana, para que cumpla su función de ofrecerte un cobijo acogedor en los días de frío. Notarás la diferencia enseguida, tú y la gente que te vea, porque el tacto y el estilo se notan. 


Hay dos elementos que casan de maravilla con la maxibufanda. Las gafas de sol, para cuando las llevas en horario de mañana, que le dan un aire misterioso y muy francés. Y los jeans, que la convierten en una prenda moderna y le quitan ese aspecto de chal que tiene a veces, cuando no se sabe cómo llevarla. 

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