He esperado, lo sabes


(Ilustración: Sophie Giotto)

Estallaba la tarde en agonía. El verano acababa y también nuestro tiempo. Regresabas al sitio en el que nuestros ojos iban a convertirse en un recuerdo amado. Me besaste. Ardoroso momento y me besaste. Allí, junto a la orilla, me besaste. La ciudad nos miraba. Observaba curiosa ese instante fugaz en que los labios tiemblan, en que las manos huyen, pretendiendo que el beso nunca se convierta en pasado. 

Lloré, por qué negarlo. Te marchabas y yo, prendida entre los brazos que quería, soñaba que el reloj terminaba en pavesas y todo se agotaba menos ese caudal intenso de tus ojos. Mirabas y yo muriendo entera quise que ese momento no acabara. 

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