Manual para entender a los hombres


No me equivoco si digo que las mujeres pasamos un número considerable de horas de nuestra vida intentando descifrar asuntos en los que los hombres son los invitados estelares. Desmenuzamos sus actos, sus motivos, sus sentimientos, su forma de ser...Nada escapa a nuestra minuciosa investigación. Si esas horas las dirigiéramos a crear una obra de arte o a la investigación científica, llegaríamos a conseguir unos cuántos premios, incluso de los importantes. Desconozco el motivo de nuestra insistente voluntad de saberlo todo de ellos o de explicarnos sus porqués. Y, dado que, a pesar de todo ese cuantioso tiempo no parece obtener conclusiones fiables (porque se habrían publicado en las más serias revistas) me pregunto si es que estamos investigando una no-realidad. 

¿Qué es la no-realidad? Pues un McGuffin, algo que no existe. Es decir...¿qué pasaría si el problema de esta absoluta oscuridad en la que el comportamiento masculino se desenvuelve es que no hay nada detrás? ¿que es una improvisación sin fundamento? ¿que los hombres son más simples de lo que pensamos e, incluso, de lo que ellos creen? 

Los chistes sobre el tema pululan por todos los formatos. Y desde hace muchísimo tiempo. Pero las mujeres continuamos impertérritas buscando soluciones al enigma. Los hombres son nuestra mejor y mayor dedicación, salvando excepciones, desde luego. Dado que no conseguimos avances en nuestras pesquisas, la frustración es enorme y terminamos tirando la toalla. 

Sin embargo, mi experiencia me dice que con los hombres, el camino más sencillo es el real. Y que la respuesta más sencilla es la verdadera. Y que la idea más sencilla es la que les ha surgido en su cabeza. Y que todo es muy sencillo. Mucho más sencillo de lo que pensamos. On-Off. Y se acabó la cosa. 

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