Las hadas y las brujas

Existen mujeres que son verdaderas hadas. Gente de tan buen corazón que son capaces de sufrir por todo. Y por todos. Dispuestas a entregar su corazón para que se lo rompan a pedazos. Cuando esto ocurre, recogen los pedazos con gesto resignado y vuelven a unirlos cuidadosamente para, de nuevo, sin solución de continuidad, entregarlos a alguien que lo rompe sin mirar apenas los añicos. Las hadas no utilizan la cabeza para pensar sobre las cosas y sus impulsos las convierten en presas fáciles para todo aquello que los demás deseen. Ellas no desean nada, solamente agradar. Ser perfectas es su verdadera obsesión y la persiguen en todo lo que hacen. Sin lograrlo porque, ya lo dijo alguien a quien José Luis Garci consideraba un dios; "Nadie es perfecto". Y por allí estaban Jack Lemmon y Tony Curtis para certificarlo después de que una rubia estilo Marilyn Monroe se bajara de un tren tocando un instrumento acompañada de una morena con el aire de Jean Russell. 

Existen mujeres que son brujas. Buscan el modo de salirse con la suya a toda costa, no admiten un no por respuesta y van contra las hadas sin piedad. Si hay algún hombre por medio, las brujas se disfrazarán de todos los espejismos posibles y roturarán sin fijarse siquiera el camino de cuantos se interpongan en su paso. Las brujas no tienen corazón. Son capaces de coger un vaso de cristal entre sus manos y estrujarlo sin piedad, de manera que los pequeños trozos transparentes queden incrustados para siempre en la retina del observador que, horrorizado, es la víctima momentánea de sus desmanes. Si persiguen a un hombre no dejarán nunca que se escape. Son las depredadoras del amor, pero no lo conocen, simplemente lo degeneran. 


Ni ella ni vosotras queréis ser hadas ni brujas. Mujeres nada más. Y nada menos. Mujeres normales y corrientes, gente que vive y deja vivir. Cabeza y corazón al unísono. Errores y aciertos. Virtudes y defectos. Gente que se enamora y acepta tanto el amor como el olvido. La gente de verdad. Ni hadas ni brujas. Esa clase de gente anónima y sencilla que son la sal de la tierra. Como ella y como vosotras. 

Comentarios

  1. He tenido el terror de conocer muchas brujas y algunas hadas...
    Me encanta lo que escribes

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  2. Sí, Alicia, hay muchas por ahí. Gracias. Un abrazo

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  3. He tenido el terror de conocer muchas brujas y algunas hadas...
    Me encanta lo que escribes

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